miércoles, 28 de enero de 2015

AMOR POSMO

Los que me conocen saben –si no, no me conocen- que la mentalidad moderna me parece un caldo de cultivo de autoritarismos y de verdades impuestas por la fuerza. Creo firmemente que dejando atrás el modernismo avanzaremos un pasito en nuestra condición de humanos. La condición posmoderna promete mucho, por eso la acojo con entusiasmo. Es el paraguas bajo el cual me complazco de guarecerme.

Pero hay una salvedad: el amor posmoderno. O, para distinguirla de la posmodernidad como pensamiento, mejor llamémosla "posmo" nomás.
El amor posmo se practica de una manera sospecho que mayoritaria, incluso por personas que no saben nada de modernidad ni de posmodernidad. 
El amor posmo apesta. Sorry.
Es sinónimo de ingenuidad decimonónica, de romanticismo estilo años 50, de lujuria a la usanza siglo XXI, de falta de compromiso propia de la adolescencia, y de culpabilidad de católico recién convertido. Todo esto metido en una licuadora y tomado –usando un primoroso calzón con bobos- como un batido energético, luego del cual terminarás vomitando. 
Ignorancia supina a fin de cuentas.
Los referentes por los cuales se guía la gente para formar pareja y convivir garantizan que ese 50% de rupturas que actualmente se da entre casados y convivientes (y creo que me quedo corto) se incremente año tras año, como ya está sucediendo. Nos espera un horizonte mayoritario de padrastros, madrastas, hijastros, familias ensambladas, monoparentales y otras combinaciones. 
La humanidad que resulte de todo ello te lo dejo a la imaginación. 
En todo caso, de lo que sí estoy seguro es que estas “pautas” posmo de “amar” se auto reproducirán por pura y simple observación. No hay filtros.
Algunas características al vuelo del amor posmo y sus nutrientes:
  • Inmediatez.
  • Escaso o nulo conocimiento mutuo (¿Esperar para conocernos? Ni que estuviera loco).
  • Indefinición (¿qué rayos es eso de “Estamos saliendo"?).
  • Falta de compromiso (“no sé”, “puede ser”, “a lo mejor“, “a ver si se va dando").
  • El “síndrome del smartphone" (no vale arreglarlo, “lo cambio por otro nuevo y al carajo").
  • Énfasis casi absoluto en lo emocional-sentimental: “es que lo amo demasiado”, “te odio…¡No me dejes!", “es la química pues”.
  • El orgullo es la fortaleza de los débiles.
  • “Claro que sé del amor: he leído a Paulo Coelho, a Pilar Sordo, a Walter Riso y al Dr. Talculo”.
Buena suerte. La vas a necesitar.