En
TBCS vamos a pasos lentos. Con pasitos de bebé. Pedimos poco a los clientes,
así se trate de problemas muy perturbadores o “graves”.
Esto puede
parecer extraño, pero tiene sus razones.
Es muy importante
crear condiciones previas para que aquello que ahora parece imposible o
tremendamente difícil, se torne factible o más fácil. Las condiciones modestas
creadas ahora, hacen posible las conductas y metas futuras. Y la realización de
esas conductas y el logro de esas metas “modestas”, son la nueva condición para
otras conductas o metas más exigentes aún, y por ahora “imposibles”.
La idea es hacer
posible lo imposible un paso a la vez.
Un ejemplo. Una persona
expresa una gran sensación de estrés y de perturbación por la gran demanda de
trabajo que enfrenta, y teme que eso empeore en los meses futuros porque la
presión laboral se va a incrementar. Teme que esto afecte a su matrimonio y a
su familia, y que las termine perdiendo a ambas. Dado que no puede ni le
conviene renunciar, y tampoco puede decidir sobre su tiempo, no avizora salida.
Esto le genera mucho malestar.
El terapeuta
puesto ante esta situación puede sentirse igualmente estresado y sin mucho
margen de maniobra, dado que la persona la presenta como “o esto…o esto” y
viene para que la ayuden a que sea “y esto…y esto”.
La estrategia que
se utilizó fue pensar en aquello que, sin ser la solución ni mucho menos, sería
un “alivio” que le permitiría un “respiro” y la posibilidad de pensar, allá y
entonces, en otras cosas que ahora no se nos ocurren ni, de ocurrírsenos, se
podrían realizar.
La persona
plantea que aquello sobre lo cual sí puede actuar ahora está en casa, y tiene
que ver con su pareja. Revisando algunos cambios pre tratamiento, que ya venía
realizando, y las quejas que la pareja le expresaba, se concluye que puede dedicarle
unos minutos en la noche (diez o quince), y durante ese tiempo “estar realmente
ahí” con la pareja. Afirma que de hacer eso es muy probable que “en el frente
interno” la tensión disminuya y la relación mejore, y que ese alivio le permita
enfrentar, algo más descargado, la problemática laboral. La visualización de
esta salida le lleva a la conclusión de que puede gestionar sola su situación,
así que una próxima visita queda pendiente a cómo le vaya yendo.
Los quince
minutos con la pareja son una medida muy modesta, un “pasito de bebé”; no
obstante, sí creemos que, de realizarse, le permitirá a la persona posicionarse
de otra manera frente a su problema, y generar emociones y perspectivas nuevas
que lo vayan moviendo en otra dirección. Lo que ocurra en ese entonces no sería
posible sin las modestas iniciativas de ahora.